Del Miedo al Terror
por Israel Crens
"Soy un absoluto ateo" (*)
Introducción a la Herejía / * Libro inédito de Carlos Enrique Taboada (1929-1997)
El cine de terror ha ido ganando adeptos con el transcurso del tiempo. Aunque es un género fílmico complicado de llevar a producción (sin caer en clichés al estilo Hollywood), se han logrado excelentes cintas que han tenido poca difusión.
Es precisamente por ello que dichas joyas olvidadas del cine pasen a convertirse en cine de culto, obras maestras dejadas de lado para dar paso al cine clase B, al cine bubble gum, carente de un buen guión y que lo único que ese cine aporta, es un abuso de escenas absurdas desbordado de efectos, alaridos y secuencias que se soportan en historias predecibles.
Pese a estar inundados de producciones de ese tipo, podemos recurrir al cine vintage, pionero, de oro, bien ejecutado, magistralmente dirigido, de guión y fotografía impecables.
Ese cine es el que nos lleva a pasar una buena velada de fin de semana, que invita a desvelarse y ser asiduo de historias ultra terrenas que fomentan nuestra exacerbada imaginería de un escenario que nos apropiamos, disfrutamos y padecemos al mismo tiempo.
Puede tener pinta de cierto gusto por el masoquismo, el lado sádico, slasher, maníaco y caemos entonces en un perfil psicópata por el gusto de estar envueltos en ambientes de espanto. ¡Y claro! Es comparable a una degustación de finos quesos o un buen vino.
En ese rubro, podemos citar hoy siete cintas que es pertinente ver antes de irnos a ese otro mundo ajeno a nuestro plano físico. Cine de culto mexicano que independiente de la tetralogía del genial Maestro Carlos Enrique Taboada, son películas que merecen mención aparte y que deben verse por quien se diga aficionado al buen cine de horror.
El Fantasma del Convento (1934) Dirección Fernando de Fuentes
El Fantasma del Convento fue la primera cinta de terror realizada en México. La trama (aunque sencilla), nos atrapa de inmediato al tratarse de tres personas que quedan varadas en mitad de la noche en un paraje desconocido al sufrir una avería el auto en el que viajan.
Tras la aparición repentina de un sujeto y su perro, son invitados a pasar la noche en un monasterio cercano, sitio en el cual comienza su calvario de una larga noche interminable llena de incertidumbre y miedo.
Actuaciones de Carlos Villatoro, Enrique del Campo, Marta Roel y Paco Martínez.
La Llorona (1960) Dirección René Cardona
La Llorona es un recuento literal de la leyenda de los tiempos de la conquista española, en la que una mujer nativa tras su amorío con un conquistador y las circunstancias que de ello derivan, convergen en la desdicha de la cual es víctima, llevándole a matar a sus hijos en un terrible arrebato.
El acto condena de esa forma su alma, que pena sin descanso por las calles del México antiguo.
Fascinante como perturbadora, la historia es bien ejecutada en el filme. Con magníficos escenarios y una secuencia precisa, nos hallamos ante un filme que debe verse por los talentos que en ella intervienen y ser parte de una cultura y folclore que ha trascendido fronteras.
El elenco contó con las participaciones de María Elena Marqués, Mauricio Garcés, Luz María Aguilar, Eduardo Aguilar y Carlos López Moctezuma.
Macario (1960) Dirección Roberto Gavaldón
Macario es una de las joyas indiscutibles del cine mexicano. Obra maestra finamente ejecutada, nos lleva a contemplar el padecer del indígena Macario, quien cansado de llevar una vida pesarosa y agobiado por el padecer cotidiano, un día tiene la fortuna de hacerse de un guajolote con la ayuda de su mujer.
Su egoísmo tras sufrir tantas privaciones, le lleva a internarse en un bosque cercano para darse un festín y regodearse lejos de su miseria. En el sitio es importunado por tres apariciones (Satanás, Dios y la Muerte), quienes le piden encarecidamente les comparta parte de su festín.
Al negar a los dos primeros el bocado y pactar con el tercero una parte del festín, le lleva a una vida que hasta entonces le parecía inalcanzable. Aunque el pacto hecho con la tercera entidad le conlleva a una serie de eventos prósperos; así como un precio final con un desenlace terrible y aterrador.
El impecable elenco estelar contó con Ignacio López Tarso, Pina Pellicer y Enrique Lucero.
Cien Gritos de Terror (1965) Dirección Ramón Obón
Cien gritos de Terror ubica un guiño en dos cuentos de Edgar Allan Poe. Aunque si bien no es más que una alusión a ellos, la trama nos propone en dos historias cortas, unas situaciones de suspenso y terror muy interesantes.
Pánico es el primer cuento del filme. En él, Julio (Joaquín Cordero), planea la muerte de su esposa María Luisa (Ariadna Welter), junto con su amante Alejandra (Ofelia Montesco).
La trama enriquecida en un ambiente lejano y boscoso, una casa solitaria y en mitad de la noche, resulta fascinante por como se desenvuelve el proceso del malévolo plan de Julio y Alejandra.
La lujuria que les va a llevar a cometer el acto criminal tiene un sorprendente giro de connotaciones igual o más terroríficas que el plan original.
Miedo Supremo es el segundo cuento de la película. Ahí se plantea la horrenda situación de quedar atrapado en la cripta de un cementerio por un torpe descuido.
Y en vista de no tener escapatoria alguna, se hace menester tratar se sobrevivir la noche entera en el sepulcro con todos los miedos y situaciones de miedo extremo que son inevitables.
El Escapulario (1968) Dirección Servando González
El Escapulario transcurre durante la época de la revolución mexicana. Una mujer en su lecho de muerte manda llamar a un párroco con la finalidad de hacerle entrega de un escapulario, el cual tiene la cualidad de salvaguardar la vida de quien lo posea.
La fotografía, la ambientación y la iluminación son la genialidad del filme, que es considerado uno de los mejores del cine de oro de México. Siendo parte de un cine experimental, la narrativa es lúcida y empareja a la perfección con el espectador.
El impecable reparto tuvo entre sus protagónicos a Enrique Lizalde, Ofelia Guilmáin, Jorge Lavat, Eleazar García "Chelelo", Jorge Russek, entre otros.
Alucarda (1978) Dirección Juan López Moctezuma
Alucarda, la hija de las tinieblas, está basada en la novela corta Carmilla (1872) de Joseph Sheridan Le Fanu. La trama nos lleva por la vida dos huérfanas que tienen su hogar en un convento católico y que en el proceso de su adolescencia, se ven poco a poco envueltas en una posesión diabólica.
El ostracismo que encierra el orfanato en cuestión, les lleva a un juego erótico con tintes siniestros entre ambas protagonistas. Entre sus juegos, pasan a irse internando en el bosque que circunda al convento, en el cual se hallan unos gitanos con los que de forma paulatina, se ven involucradas.
Lo sucesos que de ahí derivan, tienen repercusión en el convento que comienza a padecer al azogue de fuerzas demoníacas.
Alucarda es un filme de culto que abordó temas controvertidos como el lesbianismo, el satanismo, la posesión infernal, el asesinato, las orgías y el exorcismo. El reparto estelar estuvo a cargo de Tina Romero, Claudio Brook, Susana Kamini y David Silva.
La Tía Alejandra (1979) Dirección Arturo Ripstein
La Tía Alejandra tiene como eje principal un matrimonio con tres hijos que viven de manera normal con una problemática económica. Tras la llegada de la Tía Alejandra a su hogar, la familia comienza a vivir y experimentar la extraña y poco usual forma de ser de la venerable señora.
Sus extravagancias van en aumento y su influencia sobre una de las hijas y el claro desprecio por los dos mayores, son el suspenso que sustenta toda la película.
Las connotaciones siniestras y diabólicas se van develando con maestría con desenlaces funestos para la familia otrora feliz y sin complicaciones.
La reseña de este filme fue anteriormente publicada por nuestro querido Maestro Alex Juárez, del cual, dejamos el enlace en aras de su grata lectura.
https://crens.jimdofree.com/2016/09/20/la-t%C3%ADa-alejandra-cinegraf%C3%ADa/
Así, dejamos a su alcance siete películas del cine de terror mexicano, que si bien no son todas las que son digas de verse, enmarcamos algunas de las más representativas y que deben verse en un libre ejercicio del buen gusto, en noches de tormenta y por supuesto, a altas horas de la madrugada.
Israel Crens
Cinegrafía
Walnut Street Ediciones ®
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